La pérdida de poder adquisitivo de los empleados públicos estos últimos años ronda el 25%. Llevamos 5 años de congelación salarial, a lo que hay que sumar: el recorte del 5%, la supresión de la paga extra de diciembre de 2012, el incremento del IRPF y de las cuotas sociales. Lo que ha generado una importante merma de las retribuciones.