El tercer artículo de Julio Lacuerda sobre el TISA denuncia que el acuerdo vendría a prohibir la inversión y regulación públicas de muchos países en políticas sociales, de empleo, dependencia, culturales, medioambientales; abriendo la vía a que las multinacionales ocupen los sectores sanitario y educativo sobre unas premisas basadas en objetivos del beneficio económico y no del social.